

Beatriz Goyoaga, además de instructora ad honorem en respiración y meditación, de la Fundación El Arte de Vivir, es una periodista española, experta en ciencias políticas y administración de empresas, que ahora reside en Argentina. La profesional ha sido corresponsal del Daily Mail de Inglaterra, Sydney Morning Herald, US Journal of Law y Media International, entre muchos otros. Ha viajado por todo el mundo enseñando estas técnicas a más de 20 mil personas en el Cono Sur y en Europa, entre ellos jefes de gobierno, empresarios, ministros y líderes de opinión, quienes han aprendido a manejar el creciente grado de estrés que enfrenta hoy en día el mundo en crisis.
Vicente y Beatriz nos han recordado aquellas pistas esenciales del oriente que es urgente atender para encontrarnos quizás con aquel camino, con la verdad y la vida que hemos perdido los occidentales.
Un aspecto central es buscar la quietud física y mental en que podemos descubrir que llevamos un sol central al que los pensamientos constantes de la mente habitualmente no le permiten brillar en todo su esplendor. ¿Será que continuamente permanecemos entre sombras de un sueño compuesto por pensamientos y emociones que no transparentan los rayos de luz interna, esa plenitud radiante de nuestro ser? ¿Podremos aprender los occidentales este arte de no hacer nada? ¿será este el camino interno perdido? ¿Podremos vencer nuestras automatizaciones y recuperar la voz interna del silencio?
Otro paso sería identificar con el corazón y la mente aquella fuente interna o externa que irradia luz y sabiduría y que nos ayude a conectarnos y avanzar en esta escuela de crecimiento espiritual que es la vida misma. Trascender el estancamiento y la dependencia ciega a un maestro humano reconociendo que la vida en sí es un maestro y que toda la existencia supone un despliegue que nos pone ante pruebas para ir madurando la conciencia. Cimentados en la fe, entendida como aquel movimiento anímico profundo que nos lleva a confiar en cada paso en la Vida, venciendo las sombras de baja frecuencia como el temor y la culpa. Para iniciar este camino podemos tomar y vivir los valores, cultivando el arte del amor y la amistad por ejemplo. ¿Será esta la fuente de vida? ¿Podremos hacer vida los valores, los mensajes, las enseñanzas y las joyas que el maestro nos ha dejado?
Un tercer aspecto proveniente de la mística oriental tiene que ver con la idea de que el núcleo de nuestro ser es algo que no nace ni muere, pues la vida es energía y la energía es indestructible, sólo se transforma. Es una verdad que hermana a la ciencia y la espiritualidad y que enseña que nuestra alma es eterna y que nacemos para realizar un proceso de aprendizaje en que acrecentamos la luz divina que llevamos dentro; cuyo fin sería redimir nuestra materia de tal forma que expresemos los atributos divinos. Abandonar el plano físico al dormir, meditar o morir serían cambios en los umbrales de la conciencia. ¿Será esta la verdad…que es posible experimentar el cambiar nuestro cuerpo físico en cuerpo de luz?
Del misticismo de oriente y occidente vienen los mensajes que nuestros invitados nos entregaron:
Beatriz nos invita a sonreír pues la sonrisa cambia la vida y es de sabios reírse ante todas las circunstancias. Vicente nos dice que no creamos que descubrir que ser muy concientes de la luz , vida y gozo es difícil de experimentar, pues eso es todo lo que somos desde antes, hoy y siempre.
MGZ.
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